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Categoría: Cuentos Rapunzel es uno de los cuentos de hadas más populares y queridos en la literatura infantil y juvenil. Su origen se remonta a la tradición oral europea, y fue popularizado en la versión escrita por los hermanos Grimm en su recopilación Cuentos para la infancia y el hogar a principios del siglo XIX (publicada en 1812). Aunque los hermanos Grimm no fueron los creadores del relato, su versión es la más conocida en occidente. El cuento tiene raíces en relatos mucho más antiguos que se remontan a leyendas y tradiciones europeas y del Medio Oriente. Desde entonces, Rapunzel ha inspirado múltiples adaptaciones en teatro, cine, literatura y televisión. Entre las más famosas están la película animada de Disney Enredados (2010), versiones teatrales, musicales y diversas reinterpretaciones modernas en libros y series. Se calcula que existen más de 50 adaptaciones que reimaginan esta historia clásica en distintos formatos y culturas, manteniendo la esencia del cuento pero aportando nuevos elementos y enfoques. Datos interesantes
Breve resumen de la historia Introducción Una pareja muy deseaba tener un hijo. La esposa enfermó y anhelaba comer rapunzel (una planta) del jardín de una bruja vecina. El esposo, desesperado, entró al jardín para robarla, pero fue descubierto. La bruja aceptó perdonar la transgresión si le entregaban a la niña que nacería. Así nació Rapunzel, y fue llevada a vivir a una torre sin puerta. Nudo Rapunzel creció en la torre, hermosa y con una cabellera larguísima. La bruja la visitaba subiendo por su cabello. Un príncipe escuchó su canto y la descubrió. Empezaron a verse a escondidas y se enamoraron. La bruja descubrió el plan y, furiosa, cortó el cabello de Rapunzel y la encerró en el desierto. Desenlace El príncipe subió a la torre y encontró a la bruja con el cabello cortado. Cayó por una caída y quedó ciego. Vagó hasta encontrar a Rapunzel, quien con sus lágrimas milagrosas curó sus ojos. Regresaron juntos al reino y vivieron felices. Personajes principales
Rapunzel Había una vez, en un pequeño pueblo junto a un extenso bosque, un hombre y una mujer que deseaban tener un hijo con toda el alma. Pasaban los días esperando esa bendición, pero los años pasaban sin que el sueño se cumpliera. Finalmente, después de mucho tiempo, la mujer quedó embarazada y la felicidad inundó el hogar. Sin embargo, durante el embarazo, la mujer comenzó a sentirse débil y enferma. Sus antojos eran extraños y persistentes. Lo que más deseaba en el mundo era comer rapunzel, una planta que crecía en el jardín de una bruja que vivía en una cabaña cerca del bosque. La rapunzel era una planta con hojas frescas y verdes, parecida a una lechuga, y tenía un sabor muy especial. La mujer suspiraba cada día por probar esa planta, pero el hombre temía acercarse al jardín de la bruja. Una noche, el anhelo de su esposa fue tan fuerte que él decidió tomar el riesgo y entrar al jardín, con la esperanza de conseguir unas hojas para ella. —No te preocupes, amor —le dijo en voz baja—. Iré esta noche y traeré la rapunzel que tanto deseas. Así, cuando todos dormían, el hombre se escabulló y llegó hasta el jardín. Saltó la cerca y tomó algunas hojas frescas de rapunzel. Pero justo cuando estaba por salir, una voz aguda lo sorprendió: —¡¿Quién osa robar en mi jardín?! Era la bruja, una mujer de aspecto severo, con ojos penetrantes y una capa negra que parecía absorber la luz. El hombre, paralizado por el miedo, bajó la cabeza y explicó la razón de su acción. —Mi esposa está enferma y anhela esta planta. Solo quería ayudarla. La bruja, después de un momento de silencio, dijo: —Te perdonaré esta vez, pero a cambio quiero algo que no esperas. Cuando nazca tu hija, debes entregármela. Será mía para siempre. El hombre, desesperado, no pudo negarse y aceptó. Pero volvió a casa con el corazón apesadumbrado. Cuando nació la niña, hermosa y con cabellos tan dorados como el sol, la bruja apareció y se la llevó. La pareja lloró su partida, pero sabían que no podían hacer nada. La bruja la llevó a una torre alta en medio del bosque. La torre no tenía puerta, ni escaleras, solo una ventana muy alta. Allí, Rapunzel creció rodeada de soledad, con solo la bruja como compañía. —¡Rapunzel! —llamaba la bruja cada vez que venía—, ¡baja tu cabello! Rapunzel obedecía y dejaba caer sus largos cabellos dorados, que la bruja usaba como cuerda para subir. Los años pasaron, y Rapunzel se volvió una joven hermosa, con una voz tan dulce que hacía eco en todo el bosque. Cada día, la bruja venía a visitarla, pero también estaba atenta para que nadie más se acercara. Un día, mientras la bruja descansaba, Rapunzel comenzó a cantar una canción que hablaba de la libertad y los sueños. Un príncipe, que paseaba por el bosque en su caballo blanco, escuchó la melodía. Intrigado, siguió el canto hasta encontrar la torre. Miró hacia arriba y vio a Rapunzel en la ventana. —¿Quién eres? —preguntó el príncipe. Rapunzel, asustada, se escondió un poco, pero luego respondió con voz tímida: —Me llamo Rapunzel. Estoy encerrada en esta torre por una bruja. El príncipe quedó conmovido y decidió volver al día siguiente para encontrar una forma de subir. Observó cómo la bruja llamaba a Rapunzel: —¡Rapunzel, Rapunzel, baja tu cabello! Al no encontrar otra manera, decidió imitarla: —¡Rapunzel, Rapunzel, baja tu cabello! Rapunzel, sorprendida, obedeció y dejó caer su cabellera dorada. El príncipe se sujetó fuerte y subió con cuidado. —¿Quién eres tú? —preguntó Rapunzel. —Soy un príncipe. He escuchado tu canto y he venido a rescatarte —dijo él. Los días siguientes, el príncipe visitaba a Rapunzel en secreto. Compartían historias, sueños y esperanzas. Se enamoraron profundamente. Pero la bruja, desconfiada, comenzó a sospechar. Un día decidió seguir al príncipe. Cuando escuchó sus palabras, la furia la invadió. —¡Traidor! —gritó la bruja—. ¡Te enseñaré a no robar mi niña! Con un gesto rápido, cortó el cabello de Rapunzel y la llevó lejos, a un lugar desierto, sin agua ni sombra. Cuando el príncipe llegó, encontró a la bruja en la torre. Ella, con una sonrisa cruel, le mostró el cabello cortado. —Nunca más verás a Rapunzel —dijo—. La has perdido para siempre. Desesperado, el príncipe intentó bajar, pero no había cuerda. Cayó desde la ventana y se hirió los ojos, quedando ciego. Durante días, vagó sin rumbo, perdido y triste. Pero un día escuchó una voz que le resultaba familiar: —¡Príncipe! Era Rapunzel, quien lo había encontrado en el desierto. Aunque él estaba ciego, pudo sentir su presencia y su amor. Rapunzel lloró lágrimas de tristeza y desesperación. Pero esas lágrimas tenían un poder mágico: curaron los ojos del príncipe. Al recuperar la vista, el príncipe abrazó a Rapunzel y juntos regresaron al reino, donde fueron recibidos con alegría. Desde ese día, vivieron felices, recordando que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo. Preguntas de comprensión lectora
Respuestas de comprensión lectora
Reflexión Leer la historia de Rapunzel es viajar a un mundo lleno de magia, amor y aventuras. Es un cuento que nos habla de la esperanza y la paciencia, de cómo los obstáculos más difíciles pueden ser superados con valor, inteligencia y bondad. Rapunzel, a pesar de haber vivido encerrada y aislada, nunca perdió la esperanza de un futuro mejor. Su historia nos enseña que la libertad y el amor verdadero pueden cambiar el destino de cualquier persona Análisis de la moraleja o lección moral La moraleja principal de Rapunzel es la importancia de la libertad y la autodeterminación. Aunque Rapunzel fue privada de su libertad durante años, su deseo de conocer el mundo la llevó a confiar en el príncipe y buscar una nueva vida. Además, enseña que el amor verdadero es paciente y perseverante; ni la distancia, ni la magia, ni las trampas pudieron separarla de su felicidad. También muestra cómo el miedo de los adultos (como la bruja) puede limitar el crecimiento de los jóvenes, pero que cada persona debe encontrar su propio camino hacia la libertad y la felicidad. Preguntas para reflexionar
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