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Categoría: Lecturas de reflexión Los clavos en la valla Un niño tenía un carácter muy impulsivo y solía enojarse con facilidad. Su padre, preocupado, le propuso una tarea: “Cada vez que pierdas la paciencia y lastimes a alguien con tus palabras, clava un clavo en la valla del jardín.” Con el tiempo, el niño fue controlando sus enfados y cada día necesitó menos clavos. Finalmente, logró pasar varios días sin clavar ninguno. Orgulloso, su padre le pidió que, por cada día de buen comportamiento, retirara un clavo de la valla. Cuando por fin los quitó todos, el padre lo llevó ante la valla y le mostró los agujeros: “¿Ves? Aunque quitaste los clavos, la valla nunca volverá a estar como antes... Lo mismo pasa con las personas: las palabras pueden dejar heridas que no desaparecen.” Análisis o interpretación ¿Qué enseñanza transmite? Nos advierte sobre el poder de las palabras y la importancia de controlar nuestro carácter para no herir a quienes nos rodean. ¿Qué representa cada personaje o situación? El niño simboliza el impulso y el aprendizaje. El padre representa la sabiduría y la orientación. Los clavos y los agujeros son las cicatrices que dejan las palabras hirientes. ¿Qué valores o actitudes se ponen a prueba? Autocontrol, responsabilidad y empatía. Preguntas para reflexionar
Conclusión Pedir perdón es importante, pero evitar lastimar es aún mejor. Cada palabra deja una huella, asegúrate de que sea positiva.
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