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Categoría: Fabulas La fábula El león, el oso y el zorro es parte del vasto legado atribuido a Esopo, un fabulista griego que vivió aproximadamente en el siglo VI a.C. Sus relatos breves y didácticos se han transmitido oralmente y por escrito a lo largo de los siglos, convirtiéndose en pilares de la literatura moral. Esta fábula, como muchas de Esopo, presenta animales con características humanas y plantea una enseñanza clara sobre la astucia y las consecuencias del egoísmo y la ambición. Su mensaje sigue siendo actual, ofreciendo una lección valiosa en un lenguaje accesible. Datos interesantes
Descripción breve de la historia Introducción: Un oso y un león encuentran al mismo tiempo un ciervo muerto en el bosque. Ambos lo reclaman como suyo y comienzan a pelear para decidir quién se quedará con el botín. Nudo: La lucha entre el oso y el león es intensa. Ambos quedan tan agotados que terminan heridos, tendidos en el suelo, sin fuerza para seguir luchando ni para disfrutar de la comida. Desenlace: Un zorro que pasaba por ahí, al ver la escena, aprovecha la oportunidad, se lleva el ciervo sin que nadie lo impida y se marcha feliz, mientras el oso y el león yacen vencidos por su propia codicia. Descripción de los personajes principales
El león, el oso y el zorro En un rincón remoto del bosque, donde los árboles alzaban sus ramas como brazos buscando el cielo y las hojas susurraban historias antiguas al viento, sucedió una vez un encuentro que cambiaría la perspectiva de tres animales para siempre. Era una tarde templada, y un olor peculiar flotaba en el aire. El aroma de la carne fresca atrajo a dos poderosos habitantes del bosque: un león, majestuoso y temido, y un oso de gran tamaño y fuerza descomunal. Ambos, guiados por el olfato, llegaron al mismo tiempo al lugar donde yacía el cuerpo sin vida de un ciervo. Había sido herido por cazadores, pero logró escapar hasta colapsar entre los helechos. El león rugió con autoridad al ver al oso aproximarse. —¡Apártate! Yo vi al ciervo primero. Me pertenece. El oso bufó, levantándose sobre sus patas traseras para parecer aún más imponente. —¡No tan rápido, amigo! Llegamos al mismo tiempo. Y, por lo que veo, tú no lo mataste, ni yo tampoco. Está libre para quien pueda conservarlo. Sus voces resonaban por el bosque, espantando a las aves y haciendo temblar a los arbustos. Lo que comenzó como una discusión verbal se convirtió pronto en una pelea feroz. Zarpazos, gruñidos, mordiscos y golpes resonaban por doquier. El león se lanzó sobre el oso, y este, con su inmenso peso, lo arrojó contra el suelo. Las hojas volaban, las piedras rodaban, y ambos luchaban sin tregua ni compasión. La batalla se prolongó tanto que los rayos del sol comenzaron a esconderse tras las montañas. Finalmente, extenuados, cubiertos de heridas y jadeando con la lengua fuera, ambos cayeron al suelo. Ninguno de los dos podía moverse. El ciervo seguía allí, intacto, pero ya no les quedaba energía para disfrutarlo. Fue entonces cuando, desde entre los matorrales, surgió un zorro. Llevaba un buen rato observando en silencio. Con sus ojos vivaces y su andar cauteloso, se acercó al ciervo. Miró a un lado, luego al otro. El león lo fulminó con la mirada, pero no podía levantarse. El oso intentó gruñir, pero apenas emitió un suspiro. El zorro, sin decir una palabra, agarró al ciervo por una de las patas y, con esfuerzo pero sin oposición, comenzó a arrastrarlo fuera del claro. —Gracias por la cena, amigos —murmuró con una sonrisa astuta—. Ha sido un verdadero placer. Y desapareció entre los árboles mientras el león y el oso comprendían, demasiado tarde, que su orgullo y necedad los había dejado sin nada. Preguntas de comprensión lectora
Respuestas a las preguntas de comprensión lectora
Reflexión final Leer esta fábula es adentrarse en una escena donde la fuerza bruta y el egoísmo ciegan a los personajes hasta llevarlos a su propia derrota. La escena del león y el oso peleando mientras el zorro se va con el premio es un poderoso recordatorio de cómo nuestras decisiones, guiadas por la soberbia y la codicia, pueden costarnos más de lo que creemos ganar. Análisis de la moraleja La moraleja es clara: "Mientras dos se pelean, un tercero puede beneficiarse". Esta lección resalta cómo los conflictos innecesarios y la incapacidad de negociar o compartir pueden llevar a perder oportunidades. También ensalza la astucia del zorro, que sin recurrir a la violencia, supo observar, esperar y actuar. La inteligencia estratégica, cuando se combina con la paciencia, puede superar incluso la mayor fuerza física. Preguntas para reflexionar
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