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“El huésped” – Amparo Dávila Amparo Dávila, una de las voces más inquietantes de la literatura mexicana del siglo XX, logró con su cuento “El huésped” (1959) una obra maestra del terror psicológico. A través de una narrativa envolvente y una atmósfera sofocante, la autora nos introduce en un universo donde la realidad se distorsiona y los límites entre la locura y el miedo se desdibujan. Este relato forma parte del libro Tiempo destrozado, una de las colecciones más emblemáticas del realismo fantástico en México. Datos interesantes
Descripción breve de la historia Introducción: Una mujer vive con su esposo y sus dos hijos en una casa grande y silenciosa. Un día, su marido trae consigo a un extraño “huésped” que cambiará para siempre la vida de todos. Nudo: El huésped, una figura perturbadora y de naturaleza incierta, comienza a causar angustia entre los habitantes de la casa. Su sola presencia altera el orden familiar y sumerge a la protagonista en un estado de miedo constante. Desenlace: Desesperada, la mujer decide liberarse del terror. Con la ayuda de la servidumbre, logra encerrar al huésped en una habitación y dejarlo morir. Aun así, el miedo persiste como una sombra que nunca se disipa. Descripción de los personajes principales La narradora (la esposa): Protagonista y narradora en primera persona. Es una mujer sensible, silenciosa y dominada por su esposo. Su miedo se convierte en el centro emocional del relato. El esposo: Figura autoritaria e indiferente. Su decisión de llevar al huésped a casa simboliza el poder masculino y la falta de empatía hacia la angustia de su mujer. El huésped: Entidad ambigua que nunca se describe con claridad. Representa el miedo irracional, la opresión o incluso la violencia doméstica. Su mera presencia genera un ambiente cargado de terror. Las sirvientas (Guadalupe y María): Acompañan a la narradora en su sufrimiento. Son testigos del horror y, finalmente, cómplices en la decisión de eliminar al huésped. Los niños: Representan la inocencia amenazada. Su vulnerabilidad intensifica la angustia de la madre.“El huésped” – Cuento narrado El huésped Había una vez una mujer que vivía en una vieja casona de paredes grises, perdida entre los cerros de un pequeño pueblo. Su esposo, hombre de carácter seco y dominante, solía ausentarse por largos periodos. Ella se quedaba sola con sus dos hijos pequeños, una cocinera y una criada llamada Guadalupe. Las noches eran frías, silenciosas, y los vientos que corrían entre los árboles hacían crujir las puertas. Aquella casa siempre había sido silenciosa, pero desde que su esposo trajo a “el huésped”, el silencio se volvió insoportable. —Él se quedará aquí un tiempo —dijo el marido con voz firme, sin mirarla. No explicó más. La mujer solo observó al extraño: una figura delgada, encorvada, con ojos pequeños y opacos. Su rostro parecía humano, pero había algo en su manera de moverse que no lo era. El huésped no saludó, ni habló. Simplemente la miró un instante antes de entrar a su habitación. Desde esa noche, la casa cambió. Los perros ladraban sin motivo, las luces temblaban, y un olor extraño se mezclaba con el aire. La esposa comenzó a despertar sobresaltada por ruidos en el pasillo, pasos lentos que se detenían frente a su puerta. —Guadalupe, ¿lo oíste? —susurraba. —Sí, señora. Camina en la oscuridad. Nunca duerme. El huésped rara vez salía de su cuarto durante el día. Pero cuando lo hacía, los niños se escondían detrás de su madre. Tenía una manera de sonreír que no era sonrisa, y sus manos, largas y pálidas, parecían buscar algo en el aire. Una tarde, mientras la mujer cosía junto a la ventana, sintió una sombra detrás de ella. Era él. No dijo nada, solo la miró por unos segundos, y después se fue al patio. Cuando la mujer fue a buscar a los gatos, los encontró muertos. Nadie supo cómo ocurrió. Aquella noche, cuando el marido volvió, ella le rogó: —No lo dejes aquí. Ese hombre... o lo que sea, me da miedo. El esposo la miró con desdén. —Eres una histérica. Él no te hará daño. Después de esa conversación, el miedo se volvió un huésped más en la casa. Pasaron los días. La mujer dormía con una lámpara encendida. Empezó a notar que el huésped rondaba cerca de la habitación de los niños. Cada vez que escuchaba el chirrido de la puerta, su corazón latía con fuerza. —No lo soportaré más —le dijo a Guadalupe una noche—. Ese ser me está volviendo loca. —No estamos seguras aquí, señora. Si no se va él, nos iremos nosotras. Una madrugada, el huésped desapareció por horas. Cuando regresó, traía las manos manchadas y la mirada más vacía que nunca. Los niños lloraban sin cesar. El esposo estaba ausente en uno de sus viajes, y la mujer comprendió que nadie vendría a ayudarla. Decidió entonces actuar. —Guadalupe, María —les dijo—, esta noche lo encerraremos. Esperaron hasta que el huésped entró a su cuarto. Luego, con sigilo, echaron llave desde fuera y atrancaron la puerta con un mueble pesado. Los golpes comenzaron de inmediato: primero suaves, luego violentos, acompañados de gruñidos y chillidos que no parecían humanos. Durante tres días, el silencio fue interrumpido solo por rasguños, lamentos y, finalmente, el silencio total. Cuando el esposo regresó, notó que el pasillo olía a humedad. —¿Dónde está el huésped? —preguntó con voz neutra. —Se fue —respondió ella con calma. El hombre no insistió. La vida continuó. Pero desde entonces, cada noche, la mujer encendía una vela antes de dormir. A veces, creía oír pasos en el pasillo o respiraciones detrás de la puerta. Sabía que había ganado su libertad, pero comprendía también que el miedo no se mata: solo cambia de forma. El huésped, pensaba, seguía allí… invisible, respirando dentro de su memoria. Análisis del relato “El huésped” es una pieza literaria magistral porque combina el terror psicológico con una crítica social profunda. Amparo Dávila utiliza una estructura simple —una mujer, una casa, una presencia extraña— para explorar temas como el miedo, la opresión y la alienación femenina.
Preguntas de comprensión lectora
Respuestas a las preguntas de comprensión lectora
Reflexión Leer “El huésped” es adentrarse en la mente de una mujer que lucha contra lo invisible. El cuento nos recuerda que el terror puede estar en lo cotidiano: una casa, un silencio, una mirada. Amparo Dávila nos invita a pensar en cómo el miedo, aunque paraliza, también puede ser una forma de resistencia. La protagonista actúa desde la desesperación, pero su acto final representa una liberación frente al dominio y la indiferencia. El relato también plantea una reflexión sobre el papel de la mujer en una sociedad que la silencia. A través del horror, Dávila denuncia la violencia psicológica y la soledad femenina, temas universales que aún resuenan hoy. Preguntas para reflexionar
Glosario de términos Ambigüedad: Doble sentido o falta de claridad que genera misterio.
Opresión: Situación en la que una persona o grupo domina injustamente a otro. Tensión psicológica: Estado de ansiedad y miedo creado por una situación incierta. Subyugar: Someter a alguien mediante el control o la fuerza. Catarsis: Liberación emocional que se experimenta tras un momento de gran tensión.
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Categoría: Errores comunes en español Durante mucho tiempo, “solo” (adjetivo) y “sólo” (adverbio) se diferenciaban con la tilde diacrítica. Sin embargo, la Real Academia Española (RAE) estableció que ya no es obligatorio acentuar la palabra, aunque en algunos casos todavía puede usarse la tilde para evitar ambigüedades. Esta situación genera confusión entre estudiantes y escritores, por lo que es importante aclarar cuándo se usa con tilde y cuándo sin ella. Reglas de uso de “solo” y “sólo”
Ejercicio Escribe correctamente “solo” o “sólo” según corresponda:
Conclusión El debate sobre “solo” y “sólo” refleja cómo la lengua evoluciona con el tiempo. Aunque la tilde ya no es obligatoria, sigue siendo aceptada en casos de ambigüedad. Lo más importante es mantener la coherencia en el uso y, sobre todo, escribir con claridad para que el lector comprenda el mensaje sin dificultad.
Categoría: Errores comunes en español En la escritura cotidiana, la confusión entre “sino” y “si no” es bastante frecuente. Aunque parecen lo mismo, su significado y uso son diferentes. Dominar esta distinción ayuda a mejorar la precisión y claridad de los textos, evitando malentendidos que, en algunos casos, pueden alterar por completo el sentido de una oración. “Sino” se utiliza como conjunción adversativa, equivalente a “pero sí” o “excepto”. Por otro lado, “si no” es una construcción condicional que combina la conjunción “si” y el adverbio de negación “no”. En este artículo aprenderás cómo diferenciarlas y usarlas correctamente. ¿Cuándo se usa “sino”? La palabra “sino” aparece cuando se quiere contraponer una idea negativa con una afirmativa. Ejemplo: No quiero té, sino café. También puede significar “excepto” o “salvo”: Ejemplo: Todos vinieron a la fiesta, sino Pedro. ¿Cuándo se usa “si no”? “Si no” se utiliza cuando estamos frente a una condición negativa. Ejemplo: Si no estudias, reprobarás. Aquí, quitar el espacio y escribir “sino” sería incorrecto, ya que el sentido de la frase cambiaría por completo. Ejercicio Elige la forma correcta en cada oración:
Respuestas
Conclusión La diferencia entre “sino” y “si no” es clara cuando se entiende su función: “sino” corrige o contrapone ideas, mientras que “si no” plantea una condición negativa. Conocer este matiz no solo evita errores frecuentes, sino que también permite expresarse con mayor claridad y precisión en la escritura.
Categoría: Errores comunes en español Durante mucho tiempo, “solo” (adjetivo) y “sólo” (adverbio) se diferenciaban con la tilde diacrítica. Sin embargo, la Real Academia Española (RAE) estableció que ya no es obligatorio acentuar la palabra, aunque en algunos casos todavía puede usarse la tilde para evitar ambigüedades. Esta situación genera confusión entre estudiantes y escritores, por lo que es importante aclarar cuándo se usa con tilde y cuándo sin ella. Reglas de uso de “solo” y “sólo” Reglas de uso de “solo” y “sólo” Solo (sin tilde):
Ejercicio Escribe correctamente “solo” o “sólo” según corresponda:
Conclusión El debate sobre “solo” y “sólo” refleja cómo la lengua evoluciona con el tiempo. Aunque la tilde ya no es obligatoria, sigue siendo aceptada en casos de ambigüedad. Lo más importante es mantener la coherencia en el uso y, sobre todo, escribir con claridad para que el lector comprenda el mensaje sin dificultad.
Categoría: Errores comunes en español Un error muy común en la escritura es no saber cuándo usar “aun” sin tilde y “aún” con tilde. Aunque solo se diferencian en un acento ortográfico, su significado y función dentro de la oración cambian de manera importante. Usarlas bien es esencial para dar claridad al mensaje y evitar confusiones. Diferencias entre “aun” y “aún”
Ejercicio Escribe correctamente “aun” o “aún” en cada oración:
Conclusión Distinguir entre “aun” y “aún” es más sencillo si se recuerda un truco básico: cuando se pueda sustituir por “todavía”, llevará tilde; si se puede sustituir por “incluso”, no la llevará. Con esta regla práctica y la costumbre de revisar los textos, es posible evitar este error frecuente en el español.
Categoría: Errores comunes en español Uno de los problemas más habituales en la escritura es confundir las palabras “qué”, “que”, “cuál” y “cual”. Aunque suenan igual, la tilde marca una gran diferencia en su función y uso dentro de las oraciones. Dominar esta distinción es clave para evitar errores de ortografía y dar precisión a nuestros textos. Diferencias principales
Ejercicio Completa las oraciones con la forma correcta: “qué”, “que”, “cuál” o “cual”.
Conclusión Aunque a simple vista parecen iguales, “qué”, “que”, “cuál” y “cual” cumplen funciones muy distintas en español. Recordar que la tilde marca la diferencia entre una palabra interrogativa/exclamativa y un conector relativo es esencial para escribir correctamente. La práctica constante con ejemplos reales es la mejor forma de dominar su uso.
Categoría: Errores comunes en español Uno de los errores más frecuentes en la escritura del español es confundir las distintas formas de “porque”. Aunque parecen similares, cada una tiene un uso específico que cambia por completo el sentido de la oración. Dominar estas diferencias no solo mejora la ortografía, sino también la claridad al comunicarse. Diferencias entre "porque", "por qué", "porqué" y "por que"
Ejercicio Elige la forma correcta de “porque”, “por qué”, “porqué” o “por que” en cada oración:
Respuestas
Conclusión Diferenciar entre “porque”, “por qué”, “porqué” y “por que” es clave para evitar errores ortográficos y de significado. Aunque la confusión es común, practicar con ejemplos claros ayuda a usar cada forma con seguridad. Recordar que cada una cumple una función distinta —causa, pregunta, sustantivo o unión de preposición y conjunción— es el primer paso hacia una escritura más precisa.
Categoría: Errores comunes en español Un error frecuente entre estudiantes de secundaria es escribir “tú” y “tu” de forma incorrecta. Aunque solo se diferencian en una tilde, el significado cambia por completo. Usarlos bien no solo mejora la ortografía, sino también la claridad de lo que se quiere expresar. Diferencias entre “tú” y “tu”
Ejercicio Escribe correctamente “tú” o “tu” en cada oración:
Respuestas
Conclusión La diferencia entre “tú” y “tu” parece mínima, pero es fundamental para escribir con corrección. Recordar que “tú” lleva tilde porque es un pronombre personal y “tu” no lleva porque es un adjetivo posesivo ayuda a evitar confusiones. Con práctica, su uso correcto se vuelve automático y natural.
Categoría: Errores comunes en español Uno de los errores más comunes en la escritura es confundir “sino” con “si no”. Aunque parecen iguales, en realidad expresan ideas diferentes y se utilizan en contextos distintos. Esta confusión puede cambiar el sentido de una oración y dar lugar a malentendidos. Por eso, resulta esencial aprender a distinguirlos y usarlos correctamente. Diferencias entre “sino” y “si no”
Ejercicio Completa las siguientes oraciones con “sino” o “si no” según corresponda:
Respuestas
Conclusión Diferenciar entre “sino” y “si no” es fundamental para evitar errores de escritura. Mientras que “sino” funciona como una conjunción que corrige o contrasta, “si no” plantea una condición negativa. Practicar con ejemplos y recordar su función dentro de la oración hará más sencillo su uso correcto.
La tilde en palabras agudas, graves y esdrújulas: el error de olvidar las reglas de acentuación10/6/2025 Categoría: Errores comunes en español Las reglas de acentuación son una de las bases más importantes del español, pero también una de las áreas donde más errores cometen los estudiantes. Colocar (o no colocar) la tilde cambia por completo la correcta escritura de una palabra. Para mejorar la ortografía, es necesario recordar las diferencias entre las palabras agudas, graves y esdrújulas, y cuándo deben llevar tilde. Diferencias entre palabras agudas, graves y esdrújulas
Ejercicio Coloca la tilde correctamente en las siguientes palabras según las reglas de acentuación:
Respuestas
Conclusión Dominar las reglas de acentuación en palabras agudas, graves y esdrújulas permite escribir con mayor corrección y evitar errores ortográficos frecuentes. Recordar que la posición de la sílaba tónica determina si una palabra lleva tilde o no es fundamental para lograr una escritura clara y precisa.
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