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Categoría: Poemas Federico García Lorca es una de las voces más influyentes de la poesía en lengua española del siglo XX. Nacido en Fuente Vaqueros, Granada, en 1898, Lorca fusionó el folclore andaluz con las vanguardias literarias, creando un universo poético cargado de simbolismo, musicalidad y dolor. Su obra está marcada por la tragedia, la pasión, la marginalidad y la muerte, temas que se reflejan con fuerza en sus versos y que lo convirtieron en un poeta universal. Más allá de su trágico final en 1936, asesinado al inicio de la Guerra Civil Española, Lorca dejó un legado literario de incalculable valor. Su lenguaje es visual, musical y profundamente emocional, capaz de capturar lo más profundo del alma humana con sencillez y belleza. A continuación, presentamos cinco de sus poemas más emblemáticos y breves, acompañados de un análisis poético. La casada infiel Y que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso. Se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos, y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos. El almidón de su enagua me sonaba en el oído como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos. Sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy lejos del río. Pasadas las zarzamoras, los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con revólver. Ella sus cuatro corpiños. Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. Su muslo se me escapaba como un pez sorprendido, la mitad lleno de lumbre, la mitad lleno de frío. Aquella noche corrí el mejor de los caminos, montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido. Sucia de besos y arena, yo me la llevé del río. Con el aire se batían las espadas de los lirios. Me porté como quien soy. Como un gitano legítimo. Le regalé un costurero grande de raso pajizo, y no quise enamorarme porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando la llevaba al río. Análisis: Este poema forma parte del Romancero gitano, una de las obras más celebradas de Lorca. El tema gira en torno al deseo, el erotismo y la desilusión. La voz poética es masculina y confesional. El tono oscila entre lo nostálgico y lo sensual. Lorca emplea recursos como el paralelismo (“Yo me quité... Ella se quitó...”), la metáfora (“muslo como pez”) y un simbolismo profundo (el río como espacio de transformación y deseo). La estructura sigue el modelo del romance tradicional, con versos octosílabos y rima asonante en los pares. Romance sonámbulo Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas. Análisis: Un poema onírico y enigmático, cargado de imágenes visuales. El tema central es la muerte, simbolizada por el color verde, que aparece como obsesión. La voz poética es ambigua y fragmentada. El tono es melancólico y misterioso. Se destacan anáforas (“Verde que te quiero verde”), símbolos (el verde como vida-muerte, el barco, la luna), y una métrica fluida que potencia la musicalidad. Forma parte también del Romancero gitano. El lagarto está llorando El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer su anillo de desposados. Ay, su anillito de plomo, ay, su anillito plomado. Un cielo grande y sin gente monta en su globo a los pájaros. El sol, capitán redondo, lleva un chaleco de raso. ¡Miradlos qué viejos son los lagartos del pantano! ¡Ay, cómo lloran y lloran, ay, ay, cómo están llorando! Análisis: Este poema, de apariencia infantil, está lleno de simbolismo. El tema es la pérdida (representada por el anillo) y la tristeza. La voz poética observa con ternura, y el tono es melancólico y juguetón. Usa paralelismos, repeticiones, personificación (los lagartos que lloran), y un ritmo marcado. Aunque breve, tiene múltiples niveles de interpretación. La estructura en coplas añade una musicalidad entrañable. Preciosa y el aire Preciosa tocaba el tambor y el viento la perseguía con una espada caliente de rojos lirios. El aire la ve y suspira, se enreda en sus faldas, gira, y ella, asustada, se esconde en una cueva de rocío. Pero el viento la persigue, la despeina, la acaricia, hasta que la noche entera se derrama en su vestido. Análisis: Este poema evoca una escena mitológica, donde el viento se convierte en un personaje deseoso que persigue a Preciosa. El tema es la inocencia enfrentada al deseo. La voz poética narra en tercera persona y el tono es mágico, sensual. Se emplean metáforas (“espada caliente de lirios”), personificaciones (el viento como perseguidor) y ritmo dinámico. Lorca juega con el contraste entre la fragilidad de la niña y la fuerza del viento. Despedida Si muero, dejad el balcón abierto. El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo.) El segador siega el trigo. (Desde mi balcón lo siento.) ¡Si muero, dejad el balcón abierto! Análisis: Un poema breve y profundamente conmovedor. El tema es la muerte y el deseo de continuidad de la vida. La voz poética se despide del mundo con una imagen sencilla pero poderosa. El tono es sereno y contemplativo. Se destaca la anáfora (“Si muero...”) y el uso simbólico del balcón, que representa el umbral entre la vida y la muerte. Es un poema minimalista en forma, con versos libres y una intensidad emocional conmovedora. Conclusión La poesía de Federico García Lorca transita entre el deseo y la muerte, entre la tradición popular y la vanguardia. Estos cinco poemas muestran su capacidad para transformar lo cotidiano en una experiencia estética intensa. La economía de palabras, la riqueza simbólica y la musicalidad de sus versos hacen que su obra perdure en la memoria colectiva y siga siendo objeto de estudio, amor y asombro. Glosario
Federico García Lorca
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